29 ene 2006

Sin daño

Al fin y al cabo, no nos hemos hecho promesas. Es bueno saber que todo es posible, que nada está atado a una condición preestablecida. Obliga a una entereza inusual, claro: navegar los días sin supuestas certezas, sin ilusiones que encandilan, sin alucinar futuros.
Pero da libertad, ese bien preciado pero temido, tantas veces enajenado a un precio irrisorio.
Dejame que acepte todo esto; que cada fibra de mí se impregne de esta consigna y salga a vivir como yo quiero y necesito hacerlo, con la intensidad que satisfaga mi hambre y mi sed de todo.
Dejame que tome de vos lo que me sacia, que te dé lo que te colma, y sigamos cada uno su camino con lo que nos quede de tanto amor pegado a los huesos después que el olvido los haya limpiado.
Dejame que sea tu sueño mientras vos sos el mío, hasta que nos despertemos un día lejos uno del otro, separados por distancias, tiempos, deberes.
Dejame quererte en calma y sin sobresaltos, como se quiere lo que no nos pertenece.
Dejame quererte con furia y desesperación, como se quiere lo que debería pertenecernos.

Dejame quererte, no te lastimará.

23 ene 2006

Inquietud


Había sombra, soledad, tristeza.
Nunca se fueron, esperan.

Separaciones largas,
encuentros cortos;
no hay promesas,
no hay proyectos,
no hay futuros anunciados.
¿Qué mirada me reservas
en el reencuentro?
La incertidumbre,
una vez más, arrasa con todo
como un viento brutal
y me deja a la intemperie,
desnuda con mis miedos,
vulnerable.
No hay certezas entonces,
y vacilo,
buscando orientación
en la confusión de la tormenta.

Debiera creer a tus palabras, sin embargo:
hilvanan tus caricias
a través de la distancia
y me dan un lugar en tu vida,
allí donde inesperadamente me puso
la improbable pasión que nos reúne.
Entregada y amante,
te aguardo.
Una tibia confianza,
nacida de reservas de caricias y besos,
de vestigios de amor
conservados en mi cuerpo,
de huellas de manos
y de improntas invisibles
me alcanza apenas para sobrellevar
con impaciente expectativa
la espera.


¿Acaso te harás las mismas preguntas?

21 ene 2006

Aproximación

En una casi traición
hay alivio.
Casi no hay culpa.
Casi hay satisfacción.
Casi...

17 ene 2006

Sombras

Algo me está amenazando. Algo me ronda, sin asomar. Algo oscuro y subterráneo altera mi equilibrio y me boicotea el buen ánimo. Algo que no reconozco, que no sé ver, que se me escapa entre los dedos de la mente.
Esta arena sombría que llevo adentro, teñida de muerte y fracaso, no podrá conmigo. Polvo de escoria, se irá con la mañana del día en que las dudas se disipen y el amor prevalezca.

11 ene 2006

Quisiera entender II

¿Se acuerdan de un post de octubre que llamé “Realmente, quisiera entender”? Allí postulé la hipótesis de que los hombres no crecen: se quedan inmaduros hasta que se ponen seniles. Hace poco lo comenté con N., que no lee el blog, y que aunque no lo sabe es uno de los bichos de laboratorio que más observé para llegar a esa conclusión.
Y la respuesta de N., lejos del enojo o la incomprensión, fue típica de él:
“Es que las mujeres, en algún momento durante la adolescencia, dejan de jugar. No sé por qué, pero pierden la capacidad de jugar. Los hombres no, seguimos conservándola. Y yo me alegro que sea así, me alegro de poder seguir jugando.”

Bueno, ahí está. Ese era el detalle, el punto de vista, la observación que me faltaba.
¿Será que al empezar a prepararnos para la maternidad la biología nos hace eso, porque ser madre es algo serio, hay que cuidar la prole y amamantarla y estar alerta y protegerla, etc., etc., y no hay tiempo para juegos?
Los hombres, en cambio, en lo que respecta a la biología, salen a cazar. Y nada hay de diferente entre la caza y el juego; casi diría que es el juego por excelencia, porque todo a lo que los hombres juegan no es más que una variante, modificada por la cultura, de la caza para supervivencia.
Eso explicaría el resto de lo que decía en aquel post: que al llegar a la madurez, muchas mujeres están vitales, alegres, llenas de proyectos y energía (recuerden, soy consciente de la generalización). Superada la etapa de cuidar la prole, se recupera la capacidad de jugar.

(No sé por qué, pero tengo la sensación de estar descubriendo la pólvora. Tiene que haber antropólogos que se hayan ocupado de esto antes y con más seriedad que yo)

10 ene 2006

Fragilidad

Cada vez me convenzo más: detrás de cada persona irritable, hostil y a la defensiva, hay un chico lleno de miedos, inseguro y frágil que no sabe cómo vivir sabiéndose tan vulnerable.

8 ene 2006

Olvido

¿Cómo era no estar enamorada? ¿Cómo era la vida antes de vos? ¿Cómo pasaban mis noches sin desearte? ¿Cómo era no extrañarte, no saberte?
¿Cómo era todo antes del fuego?