Pronóstico

Ahora, pronto, cuando te vayas.

Cuando te pierda sin dejar de tenerte, cuando te haya visto marcharte como quien ve su patíbulo. Cuando saber que me voy en vos se parezca a un desgarro. Cuando sentir que te quedás en mí sea igual a vivir con un puñal clavado en medio de lo más frágil. Cuando deje correr las lágrimas que hoy contengo. Cuando la angustia sea un almohadón sobre mi cara, una piedra sobre mi pecho quitándome el aire, ahogándome, encerrando mi garganta en un puño de asfixia. Cuando nada sirva, nada alcance, nada compense. Cuando saber que habrá olvido sea tan inútil como cualquier intento de consuelo. Cuando nadie, ningún rostro, ninguna voz, ningún cuerpo, ningún abrazo alivien nada porque nada de eso será tuyo. Cuando abras un nuevo agujero en la tela de mi vida y lo dejes expuesto a la sal de los días y las noches.

Cuando te vayas, y yo sienta que daría la mitad de mi vida por unas pocas palabras, por apenas algo tan frágil como una promesa, y sepa que no la haremos y no la pediremos. Cuando me quede sola de vos, y tenga que aprender una vez más cómo se hace para seguir viviendo cuando una ausencia lo ocupa todo.

Ahora, pronto.

Así sea

Si, puedo parecer tranquila, pero no. Un tan tremendo revuelo de emociones me ha atravesado en estos días, que ni escribir puedo (salvo lo que le escribo a él). Me empantano a las pocas palabras, de tanto para expresar y tan mezclado, tan fuerte, tan dulce y doloroso que es todo.

Estás en mí, te vas conmigo, dijo él.

Te quiero por esto y por aquello, le dije.
No voy a aceptar perderte todavía, ni a dejar que lo que tenemos se hunda de golpe en el limbo como las cosas que no valen la pena, le dije.
No me resigno y no entrego nada, le dije.
...
Amén, dijo él.

Línea de partida

Lentamente, rápidamente, inexorablemente, impiadosamente pasan los días. Pasamos nosotros, pasa nuestro tiempo de estar juntos, pasa nuestra temporada de amor y pasión y locura y ternura y felicidad y...
Pasa, todo pasa.
Quisiera estar, como vos, en el comienzo absoluto de algo, con fantásticas experiencias esperándome, con todo por delante.
Pero, al fin y al cabo, no hay garantías. En este punto, yo tengo lo que fue, lo que pasó, lo que pasé, y lo que está por venir puede ser tan espléndido como yo quiera que sea.
En este punto, en este presente, tu futuro es tan incierto como el mío y como el de cualquiera. Pero incierto y todo, el habernos encontrado lo hace más prometedor que nunca: uno va descubriendo de lo que es capaz, y ser capaz de algo tan bueno no puede ser sino un excelente punto de partida, una referencia óptima para lo que venga después.
Podría pensar, tal vez: “Después de esto, todo será peor”. Pero algo me dice que no, que no lo será. Que de nosotros depende. Y sé que yo, como siempre, intentaré mejorarlo.

Opciones

Si pudiera elegir siempre, no elegiría siempre las mismas cosas. Dejaría que el azar decidiera a veces, otras optaría por volver a lo conocido, algunas más preferiría probar lo nuevo.
Pero si pudiera volver a elegirte, no habría opción.

Tránsito normal

¿Cuántas veces he recorrido ese camino? Pocas, en realidad, y ya es como si lo hubieran trazado mis pies. Me lleva a vos, no tiene obstáculos, siempre está despejado para mi paso. Vuelo por él, a centímetros del piso. Tanto es el deseo de estar con vos, tantas las ganas.
Y cuando lo desando, sigo a centímetros del piso. Es como volver a casa viniendo de casa, de un lugar al que pertenezco a un lugar que me pertenece.
O algo así.

Devenir

No quiero embarcarme en lamentos, en tristes frases construidas para el llanto.
No voy a perderme en recuerdos como si fueran caminos, no voy a aferrarme con garras trágicas a la pérdida como si no supiera que habrá también olvido.
Ya no soy la que fui, no soy aquella, no seré tampoco luego la que amas, no serás el que hoy deseo y quiero junto a mí. Tendremos otros fuegos, historias, emociones. Andaremos pisando la hierba de suelos distantes, caerás en la noche con el viento silbando en tus oídos, en lo peor de alguna tormenta atisbaré el relámpago para oírte en el trueno, escribiré interminablemente porque así es como elijo vivir.
Seremos otros, sí, sabremos serlo. Y cada instante será un después de esto, de este hoy, de este ahora en que nos amamos y gozamos.