27 oct 2005

Nunca dos veces igual

Si pudiera creer que las casualidades existen... Pero no, no existen. Todo es como debe ser en cada momento, cada cosa ahora forma parte de este instante preciso y el conjunto es único e irrepetible. Se elige, se toman decisiones, se actúa, y nada nunca volverá a ser exactamente igual. Ni será posible volver atrás, y restaurar las cosas a su estado anterior a la acción. Se instalará una realidad nueva, un nuevo conjunto, se resolverán algunas cosas para transformarse en otras, y así la vida seguirá sin detenerse nunca. Cada acción construye un futuro y deconstruye otro, todo el tiempo. Nunca cesa, somos ese devenir.
Percibirlo me hace sentir en un filo, en un borde: como si cada decisión me pusiera frente a un abismo que debo saltar. Y me gusta estar consciente de eso.
Tendemos a pensarnos inmóviles, pretendemos capturar instantes, creemos que existe la duración como permanencia. Y solemos ver al tiempo como un obstáculo, cuando en realidad es la pista sobre la que nos deslizamos, el lugar en donde todo se hace posible.