8 mar 2007

Vinicius, Hokusai, Auster

Confieso mi ignorancia: no conocía la obra de Hokusai. Ese grabado tan famoso –ahora lo sé- llamado La Gran Ola, su increíble historia de pintor que necesitaba vivir unos cinco años más para considerarse un verdadero artista (murió a los 89), todo eso formaba parte de la inmensa masa de cosas que no sé.
Pero un día, para ilustrar un verso de Vinicius de Moraes que puse como subnick en el MSN, hice una búsqueda de imágenes en Google y terminé eligiendo una ola de indudable influencia japonesa, pero que apareció sin autor ni referencia alguna, y que me gustó porque era hermosa y fue la única, en muchas páginas, que no era una fotografía. Así, La Gran Ola de Hokusai terminó adornando un verso que me acompaña desde hace mucho: “la vida llega en olas, como el mar”.
Y hoy, en una de esas coincidencias que tanto le gustan a Auster, llego a casa a la noche, enciendo el televisor, hago zapping y aterrizo en “La vida secreta de las obras maestras”, un programa muy interesante que solamente vi un par de veces antes, y hace varios meses. Había

empezado hacía bastante, y resultó que el tema del día era Hokusai, y específicamente La Gran Ola, su importancia e influencia en otros artistas (parece que los impresionistas, Warhol, y otros muchos se inspiraron en ella o la recrearon). Claro, reconocí la imagen y empecé a prestar mucha atención. Considerando que el autor murió en el siglo XIX, me pareció más extraordinaria todavía. No viene al caso contar más sobre el pintor, que era todo un personaje. El asunto es que varios especialistas opinaron al final del programa sobre el significado de esta obra, y todos coincidieron más o menos que se trata de una referencia a la vida, a su aparente regularidad y su naturaleza incontrolable. Estamos al borde del caos, la regularidad siempre acaba en el caos, como las olas del mar, y debemos aprender a vivir así, dijo uno de ellos.
La vida llega en olas, como el mar.