Inquietud
Había sombra, soledad, tristeza.
Nunca se fueron, esperan.
Separaciones largas,
encuentros cortos;
no hay promesas,
no hay proyectos,
no hay futuros anunciados.
¿Qué mirada me reservas
en el reencuentro?
La incertidumbre,
una vez más, arrasa con todo
como un viento brutal
y me deja a la intemperie,
desnuda con mis miedos,
vulnerable.
No hay certezas entonces,
y vacilo,
buscando orientación
en la confusión de la tormenta.
Debiera creer a tus palabras, sin embargo:
hilvanan tus caricias
a través de la distancia
y me dan un lugar en tu vida,
allí donde inesperadamente me puso
la improbable pasión que nos reúne.
Entregada y amante,
te aguardo.
Una tibia confianza,
nacida de reservas de caricias y besos,
de vestigios de amor
conservados en mi cuerpo,
de huellas de manos
y de improntas invisibles
me alcanza apenas para sobrellevar
con impaciente expectativa
la espera.
¿Acaso te harás las mismas preguntas?
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