16 jul 2006

Opus

Fue breve, fue intenso, fue bello como pocas cosas en la vida. Como todo en la vida, terminó.
Una vez, escribí: “Cada final se construye de los momentos vividos, y en proporción a ellos alcanza su belleza.”
Podemos estar tranquilos, entonces, porque nadie lo pudo haber hecho mejor. Hemos sido perfectos amantes, hemos alcanzado ese cielo, hemos cerrado todo con un final digno de todo lo vivido.
No nos ha quedado ni un rencor, ni una cuenta impaga, ni una herida. Sólo esa belleza, latiendo en nosotros para curar el desgarro que la distancia abrió.

Valió la pena.