27 jun 2010

Practicando

Y la arena se escurrió entre los dedos, finalmente. Se llevó con ella restos de palabras, recuerdos ya borrosos, partículas de sentimientos.


Sin embargo, se ve que era poca, porque no se llevó lo suficiente.
Hubiera hecho falta un aluvión, una gigantesca duna desmoronada para arrastrar todo lo que quería olvidar.


Aún persisten recuerdos, a fuerza de potencia, de profundidad, de pura belleza y perfección. Aislados como árboles que sobrevivieron a la inundación y quedaron en pie en medio de las ruinas, en el desierto de limo y escombros, encarnando la esperanza de un reverdecer que al fin y al cabo eventualmente llegue…


Hacer duelos es como hacer bizcochuelos: con la práctica, salen mejor, pero no es posible saltear pasos ni acortar los tiempos.