24 may 2006

Nuestra historia

No puedo escribir poesía con tu nombre. No puedo hablar sobre tu cuerpo en mi cuerpo, sobre la maravilla de tenerte junto a mí.
No puedo decir sobre tu ausencia y tu lejanía, sobre la distancia que nos separa y sobre mi deseo de vos nada que no haya sido dicho.
No puedo escribir sobre pasiones y emociones ni sobre caricias y deseos y sudores ni sobre lenguas y manos y bocas y huecos y contactos, nada que no haya sido escrito.
Así son las cosas.
Tanto mejor poeta ha dicho todo...
Y sin embargo, cada vez que estamos juntos, cada vez que el deseo crece entre nosotros dos y las manos recorren, y las bocas humedecen, y las lenguas reconocen, y las pieles se tocan y los jugos se mezclan, escribimos nuestro propio poema.
Cada vez que nos separamos, cada vez que, como hoy, estamos lejos y nos extrañamos, decimos algo que nunca fue dicho.
Nuestra historia es nueva, única, especial. Nuestra historia merece que elijamos las mejores palabras para contarla. Para que quede registro, y dure para siempre.

14 may 2006

Palabras cruzadas

Y tu amor escondido tras las palabras no dichas,
¿sabrás hablar cuando haya llegado el momento?
Inferir de tus gestos y rellenar los silencios
es un intenso ejercicio,
con tanta incertidumbre como encanto.
Porque así los relleno con lo que yo quiero
y después pruebo,
a ver el resultado.
Suelto las frases como palomas,
te desafío a negarlas,
te confronto.
Sutilmente pongo en tu boca
las palabras silenciadas
para que descubras que tus gestos te traicionan
allí donde ni vos ni yo nos hemos traicionado.

13 may 2006

Ojos bien abiertos

Pensaba que sólo él veía bien, que veía más lejos. No se dio cuenta que sus ojos no eran iguales, que nunca verían las mismas cosas. Que no podía realmente ver por sus ojos.
Juntos tanto tiempo, renunció a tanto por ir detrás de sus visiones, enajenó proyectos por hacer posibles los suyos, trató de ser feliz con apenas retazos de sí misma y se dejó estar años parada al costado del camino, viendo la vida de otros pasar, congelada en la inmediatez y sin soñar.
Quién sabe si hubiera sabido cambiar si acaso él estuviera todavía... Pero no está, y su ausencia obligó a tomar medidas.
Ahora son otros tiempos, nuevos tiempos, tiempos de felicidad recién recibida. Tiempos de estrenar proyectos, de empezar de nuevo, de entrar por fin en la corriente de la vida. Tiempos de acertar y equivocarse, de correr riesgos y cosechar para volver a sembrar.
Asusta un poco darse cuenta que nunca tuvo tal sensación de plenitud, de fuerza, de poder, de energía. Asusta pensar que se puede querer a alguien hasta el punto de anularse, de ser su sombra. Hasta ser una sombra.
Tal vez eso explique en parte ciertas elecciones actuales, ciertas decisiones, ciertas inesperadas afinidades.
Quién sabe...

Ella camina sola ahora, y lo bien que hace.